Escritores de libertad
Teniendo la posibilidad de ver todos los estrenos cinematográficos al instante, hay algo que me provoca placer en no hacerlo.Son mecanismos extraños de mi mente..siempre me tomo bastante tiempo para ver una película..las voy dejando para atrás y las miro cuando ya todo el mundo lo ha hecho.Cuando intentan contármelas..los mas allegados se encuentran con mi mirada de no seascapazdehacerlocriaturadediososimilar.Los menos allegados no corren ese peligro por qué no hablo de cine con ellos.Aunque la gran mayoría está en el primer grupo.
Asocio domingo con dia de películas.Desde mi niñez ,hace algo menos de 20 años..(mi adolescencia comenzó tarde..por eso aún hay ratos en qué se hace sentir aunque he pasado la frontera de los 30).Tardes de matiné..tres películas al hilo.Salía del cine con los ojos rojos, dolor de panza de tanto chocolate..y bolsillos llenos de moneditas(esto debido a qué me sentaba en las primeras filas , a la inclinación de las salas , a mi estudio de probabilidades de posibles trayectos).
No miro cualquier cosa..si una película no me engancha enseguida..me levanto y me voy..a menos qué esté en casa, en ese caso solo apreto el stop, acto seguido el open.Y coloco otra, en esa bandeja que muchas veces me transporta a la magia..como estas 5 películas que están más adelante.
Para recrear del todo aquellas tardes perfectas de años a, debería invitar a más gente a casa..inclinar el piso del Living..y obviar qué ya el chocolate no me puede.
Tambien siento qué es una pena qué ya de grande el agacharte dos por tres en el cine, máxime si tengo gente sentada a mi lado, se note y sobre todo se imagine como un posible atentado violento al pudor.