De leche

Debo confesarlo.Demasiado secreto para poderlo ocultar.

Yo fuí la versión femenina del Zorro.Alivio,eso siento.

Mantuve ese secreto hasta qué un duro golpe me trajo una nueva personalidad.Durísimo,sobre todo el qué sintió mi ego.La vida de las superheroes es de altibajos.Muchos golpes a soportar.Y una acomoda el cuerpo, los asimila ,tal un buen boxeador, y sigue.

Con aquel, de aquel dia, no pude.

Me habia despertado muy temprano,desayuné en la cocina con la casera.Padres y hermanas dormían.Era el momento de salir de recorrida en Azul por el río, los montes.La noche anterior me pareció sentir ruidos extraños, no venían del galpón.Alguien acechaba.Iría a ver.

Me calcé unas botas, mi sombrero herencia del abuelo, monté a Azul y salí rauda.Tras más de una hora de recorrido no ví mas qué ojos de vacas aburridas de su menú.

Decidí regresarme al casco.A lo lejos ví a mi familia en pleno observándome.Decidí apurar a Azul.

A 50 metros de llegar donde ellos,una tatucera,Azul al piso, la versión femenina del Zorro, detrás.Gritos, me siento aturdida,algo tibio corre por mi boca, roja.Me duele.Todos me rodean.Aguanto mis lágrimas, La versión femenina del Zorro no llora, me llevo el pelo hacia atrás,enfilo con mi ego roto hacia la casona, me abren paso.En mi mano llevo dos dientes de leche,pruebas de mi realidad.M e siento en la cocina, con cara de pocos amigos y me pregunto en silencio si el Ratón Perez existe.No me queda más qué esperar a la noche.